lunes, 20 de abril de 2009

REFLEXIONES SOBRE EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Si el socialismo del siglo xxI, no es capaz de evolucionar, nos llevaría inexorablemente a repetir la experiencia soviética o sus similares. Debe existir una vocación de estudio constante; por ejemplo, analizar y tratar de incorporar estructuras modernas o de actualidad en el contexto histórico, social y político. Esto significa que la revolución socialista debe ser asumida desde el punto de vista endógeno, modernista, en el sentido tanto geográfico como metafórico que le ha dado el presidente Chávez. También es primordial destacar que dentro de nuestra revolución existe una redefinición organizativa, política, teórica, ideológica y filosófica, una creación de un movimiento de movimientos. Un proyecto original que nos unifica profundamente con el líder, Hugo Chávez.

IDENTIFIQUEMOS ALGUNOS ASPECTOS DE ORIGINALIDAD CON RESPECTO A OTROS PROYECTOS SOCIALISTAS:

1) No solo la clase obrera, es la capacitada para avanzar en los cambios revolucionarios. Son múltiples los actores sociales que se respiran en la revolución, es la creación de un protagonismo colectivo que da como resultado una visión más realista y menos dogmática y más creativa. Es esta la vía, los consejos comunales, la militancia popular, los trabajadores organizados reivindiquen su condición del poder de movilización. Podríamos decir que esta seria la revolución propiamente dicha y una institucionalidad de otro orden, de otro nivel.Pero muchos sectores, no piensan así; y es hora de recordar que no estamos en tiempo de cuidar parcelas. Debemos comprender, que los vientos que soplan son de carácter unitario. O NOS UNIMOS O NOS PERDEMOS.
2) Unirnos los socialistas bolivarianos. No es solo la unión en término teóricos o de palabras. Es una propuesta conceptual práctica para intentar definir el tipo de organización revolucionario que necesitamos. El partido es la estrategia más adecuada para unificar a todos los revolucionarios; el partido buscara aglutinar las más diversas expresiones del poder popular. La originalidad de este partido socialista, es que nace de las bases. En cada rincón del país podemos encontrar un batallón del partido; este es el más claro ejemplo, de la unidad revolucionaria. Y dicha unidad revolucionaria en conjunción con la organización popular es lo que realmente definiría el modelo socialista. De esta forma se podría eliminar la tara del pensamiento único propia del verticalismo partidista, se puede superar las demoras históricas del burocratismo.

También es cierto que hay que construir y diseñar unas nuevas lógicas económicas y sociales, fundadas a través de la solidaridad, la planificación y el ejercicio democrático en las decisiones. La propiedad social debe finalmente ser una realidad; y que además, tenemos una deuda en la transformación cultural, ya que seria la garantía de la consagración y radicalización de la revolución, y desde luego, el motor moral y luces es fundamental para este proceso, presidido inteligentemente por una guía teórica y política, instrumentos que sirven para unir experiencias, y de esta única manera se podrán crear nuevas lógicas de pensamiento y acción. Recordemos que la creación y consolidación de una verdadera expresión organizativa no es cosa de días, o de meses, es de años, de paciente labor inteligente. Seria un ejercicio palpable de la filosofía de la praxis.



Emilio Pino.

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